El aluminio es un material ecosostenible, 100% reciclable y con un bajo impacto ambiental.
El reciclaje del aluminio es un proceso de muy bajo impacto ambiental.
De la bauxita se extrae alúmina, y de la alúmina se obtiene el aluminio. Este proceso no es necesario si se parte de chatarra.
España recicla actualmente el 70% de los envases de aluminio puestos en el mercado.
El ciclo de vida del aluminio comienza con la extracción de bauxita, una roca que contiene aluminio, principalmente en regiones tropicales. A través del proceso Bayer, la bauxita se refina para obtener alúmina (óxido de aluminio). Posteriormente, mediante electrólisis, se separa el oxígeno de la alúmina para producir aluminio primario. Esta fase requiere un alto consumo energético, con una gran demanda de electricidad.
Sin embargo, el aluminio tiene una característica extraordinaria: puede reciclarse infinitamente sin perder sus propiedades originales. El reciclaje permite ahorrar un 95% de energía en comparación con la producción primaria. Por ejemplo, para producir aluminio reciclado se utiliza solo el 5% de la energía necesaria para obtenerlo a partir de la bauxita.
En España, el reciclaje del aluminio está muy desarrollado: en 2023 se reciclaron aproximadamente 59.300 toneladas de envases de aluminio, lo que representa el 70% del total introducido en el mercado. Además, el reciclaje de aluminio ha contribuido a evitar la emisión de cientos de miles de toneladas de CO₂ y ha permitido un enorme ahorro energético.
Reciclar aluminio no solo reduce la necesidad de extracción, sino que también es una estrategia clave para minimizar el impacto ambiental y preservar los recursos energéticos.
Reciclar aluminio no solo reduce la necesidad de extracción, sino que también es una estrategia clave para minimizar el impacto ambiental y preservar los recursos energéticos.
El aluminio es un material altamente sostenible, ya que puede reciclarse al 100% sin perder sus características originales. Esto lo hace reutilizable un número ilimitado de veces, reduciendo así la necesidad de extraer nuevos recursos naturales. Además, el reciclaje del aluminio requiere solo el 5% de la energía utilizada en la producción primaria, contribuyendo significativamente a la reducción de las emisiones de CO₂ y al descenso del impacto ambiental global.
El uso de carpintería de aluminio no solo mejora la eficiencia energética de los edificios gracias a sus excelentes propiedades aislantes, sino que también promueve una economía circular. En este modelo, los materiales se reutilizan y reciclan continuamente, minimizando la generación de residuos.